- 16
- Mayo
- 2017
Acompaña el cambio de temporada con un cambio de armario de tu calzado
Publicado por Pasos Cómodos en Calzados
Llega el buen tiempo y esto significa aparcar nuestras botas, botines y demás calzado de invierno y empezar a sacar nuestro calzado de primavera y verano. Al igual que hacemos con la ropa, el calzado también necesita un “cambio de armario” pero antes hay unas normas básicas que debemos seguir:
La norma número 1 según el método Konmari de Marie Kondo consiste en desechar los zapatos rotos, desfasados o que nos han quedado pequeños (sobre todo en zapatos infantiles) y conservar sólo los imprescindibles. Así, harás limpieza de todos esos que no vayas a usar más. Recuerda que unos zapatos excesivamente deformados y/o gastados ya no realizan su función correctamente, ya que no sujetan el pie y permiten movimientos inadecuados. Unos zapatos excesivamente desgastados deben ser reemplazados por otros nuevos y cómodos que nos gusten. Recuerda que un calzado cómodo debe ser cómodo desde el primer día.
Una vez elegidos los zapatos cómodos que desees utilizar para en tu nueva temporada, debes ponerlos al día. Lo primero que debes hacer es lavar los que no vayas a utilizar en los próximos meses para favorecer su conservación en cajas de zapatos o armarios. Revisa el artículo “Consejos para el cuidado de los zapatos de piel” donde se indica cómo deben tratarse este tipo de zapatos. Recordamos que en ningún caso es recomendable poner los zapatos en la lavadora y si están mojados debemos esperar a que estén complemente secos para guardarlos.
Por último, ya sólo queda guardar nuestro calzado. Rellena los zapatos totalmente con el papel o cartón original. Si ya no dispones de él, un poco de papel de periódico servirá perfectamente, con ello ayudarás a mantener la horma del zapato. Una vez rellenados, debes almacenarlos en algún “recipiente”. La mejor opción es hacerlo en la propia caja de zapatos, ya que es de la medida ideal del zapato y está identificada con el nombre del fabricante, lo que te ayudará a encontrar más rápidamente el zapato cuando lo quieras volver a utilizar. Si no es posible guardarlo en su propia caja, te recomendamos guardarlos en un armario, pero nunca dentro de bolsas de plástico, pues este material no permite la transpiración y puede conservar humedad no deseada.
Finalmente, una última recomendación: clasifica los zapatos por tipología: botas, calzado deportivo, zapato plano… No los mezcles y te será más fácil encontrarlos cuando los necesites.